Las tormentas de los últimos días han vuelto a llevarse una parte de la playa, cuando apenas hace tres meses que había sido regenerada. En las próximas semanas, otro par de tormentas se encargarán de hacerla desaparecer prácticamente, reduciéndola a su cuarta parte en la zona de Cabrera y a su mínima expresión en Vilassar.
Hemos perdido la cuenta de las veces que la playa ha sido artificialmente creada, para desaparecer en los últimos meses del año por culpa de las tormentas. Cada vez que el barco aparece (antes en primavera y a finales de Julio en los dos últimos años), a los contribuyentes se nos va un millón y pico de euros que es lo que cuesta cada inútil regeneración.
Todo el mundo sabe que más valdría destinar el dinero a la construcción de espigones que impidieran ese vaciado de la arena. Naturalmente que son más caros, pero con lo tirado hasta la fecha año tras año ya podríamos tener una playa como la de Sitges.
¿Qué hacen nuestros Gobiernos locales, Ayuntamientos, Consell Comarcal, etc? Parece ser que no interesa mucho el tema, quizá porque el culpable de lo que sucede es el puerto de Mataró que se ahorró un by-pass y manda en el Consell como ciudad más importante del Maresme que es. Y claro, el ayuntamiento de Cabrera está más preocupado por el desarrollo urbanístico que por la pobre playa.
Esperamos el momento en que "Madrid" se canse de pagar cada año la misma playa y aplique la Ley de "el que contamina, paga y descontamina", para pasar el muerto a la Generalitat. Entonces, y conociendo la lamentable condición de sus finanzas, se habrá acabado la playa para siempre.
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